Viejas

El día en que ridículos pensionistas dan la vuelta a sus paraguas para mendigar unos caramelos de caja de ahorros local también es bueno para ir a podar.

Sobre la viña vieja hay mucha épica, adorno y romanticismo. Las letras color oro de las etiquetas de vino han ayudado a ensalzar este concepto al que se acogen muchos productores.

El hacedor de vino al igual que el músico, pintor u otro tipo de "creador" tiende a adornar su creación con un montón de conceptos vacíos que sólo él y sus colegotes entienden para justificar su valor y que a través de un engranaje comercial se pueda escalar. Al final, la realidad es más sencilla, aplastante y cruel; se resume en: gusta o no gusta.

Si haces un vino que no gusta revisa tus uvas, tus procesos o tus clientes. Cambia lo que puedas y si ni con esas funcionas: agacha la cabeza, abre las orejas y dedícate a otra cosa. Hay más mundo ahí fuera. Aplicable a la vida.