Como cualquier inocentón que se adentra a comenzar un proyecto, pronto se da de bruces con la realidad: si quieres vivir de esto te toca mojarte más el culo. Eso se traduce en más horas, más dolores de cabeza y ni que decir que más problemas.
Los días de invierno cuando no se puede pisar en el campo son los días de papeles, burocracia y apagar fuegos que llevan tiempo encendidos. Recientemente estuvimos con el Colectivo TreintaY3 charlando sobre cómo crecer. Ellos en una industria como la moda, nosotros en el mundo del vino. Cuál es el siguiente paso a dar. Sin duda alguna la clave para nosotros es organizarse, ponerse unas pautas y clavar algunos hitos en el horizonte.
No hay nada más frustrante que una hoja en blanco.
Aquí lanzamos 5 aprendizajes que sacamos tras esa tarde charlando.
1) Pies en el suelo
Tener muy claro quién eres, qué tienes y qué puedes sin depender de terceros. Eres tú contra el mundo. Tu idea, con sus colores y texturas, con sus aristas. Una piedra por pulir. Ser realista, plantarte delante de un papel y ponte objetivos. El tiempo te dirá si son realistas. Lo intentas, que no sale, pues a otra cosa y lo mismo en otro momento sale la oportunidad. La idea inicial no siempre es la final.
2) Disciplina
Una rutina puede ser trincarse en el sofá después del curro, también irte a hacer unas dominadas al parque o fumarte un cigarro. Empieza a meter rutinas en tu proyecto: sanear las redes sociales, mejorar la web, pedir precios a proveedores, ver qué hace mejor a la gente de tu sector. Hazte un détox total y empieza a funcionar con tus propios recursos. Por pocos que sean.
3) Delegar y colaborar
Igual que tu proyecto hay otros millones. No te tienes que ir a Detroit ni a Hanoi para buscar gente afín a ti. Echa un ojo a tu lista de contactos y haz un listado de gente que te pueda echar un cable. Fácil. Un whatsapp o mensaje por redes y les escribes la idea de manera transparente. Luego os sentáis y qué vais a ganar cada uno: ¿una suma económica?, ¿colaboración sin rédito económico?. Dejarlo muy claro.
4) Pases al hueco
No eres la primera persona que ha tenido la idea. Lo mismo la primera en ejecutarla, En nuestro caso, ¿de verdad es necesario sacar 10.000 botellas de vino?, ¿estamos mejorando lo que ofrecen otras marcas?. Si quieres sobrevivir - que salgan las cuentas a fin de mes - tienes que ser realista. Primero coloca quinientas botellas y luego ya si crees que hay demanda a por más. Puede que tengas más potencial cubriendo los huecos que deja tu competencia que intentando desbancarlos. En el sector vino: trabajos de viñedo, organización de eventos promocionales, bares de vinos, gestión de comunicación o servicios de enoturismo. En el caso de la moda: alquiler de planchas, confecciones, organización de pop-ups, ofrecer servicios de diseño para otros sectores, personalizaciones. Lo que está claro es que tienes que llegar a fin de mes y hasta que empiece a rodar tu proyecto lo mismo te tiras unos cuantos años.
5) Coherencia y compromiso
Ser cabal con lo que piensas, dices y haces. La vida nos va poniendo en nuestro sitio y no pasa nada por decir: me equivoqué. Lo hecho, hecho está. Tú mandas sobre tu estilo y proyecto. No vas a gustar a todo el mundo.
Estos son unos pocos apuntes generales de lo que nosotros pensamos como esencial. A seguir bregando que todavía queda mucha leña que cortar y mucho vino que embotellar.