No dejan atrás a ninguno de sus ancestros, son ejemplo de mucho. Anarquía pura, augestión absoluta. Pese a los achaques, dolores y tormentos siguen mostrando respeto a aquellos que les dieron la vida.
La familia es el modelo social más antisistema. Siempre aparece una luz en la cocina que se enciende cuando vuelves a casa desnortado, una silla presta para sentarse y una voz apaciguadora que no te deja atrás: no eres el primero ni serás el último.
También cuecen habas. Y hay problemas que se barren de puertas para dentro pese a que de pascuas a ramos hagan temblar los cimientos.
La modernidad es un combate contra la visión grecolatina que no rechaza su legado. No borra su pasado ni lo ignora. Asimila, acepta y camina con ese petate moral a la espalda.