Y son casi una docena de medios cerebros los que se han atrevido a ir a vendimiar. A madrugar para posteriormente oler a pecina absoluta. A echar unas horas cortando uva para hacer sed y hambre para las chuletas y torta de aceite de después. A volver a conectar con nuestros antepasados que nutrían su delgada dieta con este espléndido elixir. Como si en el antiguo Egipto la gente se animase a un plan de tallar piedra y asarse. Tremendo.
(Las líneas posteriores es escribieron la noche anterior)
También es verdad que muchos aceptáis condiciones laborales que se pagan con visibilidad. Mañana se pagará con visibilidad de cojones y vino a manta. Han confirmado una docena pero a estas horas la bola de cristal dice lo siguiente: tres enviarán un mensaje a las seis de la mañanac- cocidos hasta más no poder - mientras intentan arrebañar fondo de olla en los inframundos de Askleplios o Bagur; otros dos se quedarán dormidos; y otros dos y medio despertará con alguna anomalía que les impida el noble arte del corte en vaso. Aún así seguiremos bregando. A eso de las trece horas se despalillará y limpiará cajas para después pasar a la bodega a prender lumbre. Sea como fuere, grande día de todas formas.
